Desde el  primer mes hasta el año de vida el bebé está considerado como lactante. Durante esta etapa el niño se desarrolla y cambia continuamente. Por ello se necesitan nuevos alimentos, además de la leche materna, a partir de los seis meses. Es necesario introducir alimentos distintos para cubrir las necesidades nutricionales del bebé. No obstante, la leche no se debe retirar de la dieta: tiene que constituir el principal aporte lácteo hasta el año de edad y la cantidad mínima es de medio litro al día. Sin embargo, para niños alimentados con leche artificial, se recomienda la introducción de alimentos distintos de la leche materna antes, cerca de los cuatro meses.

Este periodo de diversificación alimentaria o de introducción de nuevos alimentos se conoce con el nombre de “beikost”.

Por qué introducir nuevos alimentos

La ingestión de nuevos alimentos es necesaria para lograr el desarrollo de todas las funciones corporales del pequeño, así como la maduración de todas sus estructuras y órganos. Por una parte, hay un importante crecimiento en peso y longitud durante el primer año de vida.

⇒ Aumento de peso en el recién nacido y en el lactante

Edad (meses)  Aumento peso

0-1         25-30 gramos/día

1-2         30 gramos/día

2-3         25 gramos/día

3-4         750 gramos/mes

4-5         600 gramos/mes

5-6         500 gramos/mes

6-9         1,3 kilos en 3 meses

9-12       1 kilos en 3 meses

 Por otra, el importante desarrollo neurológico y psíquico hace que mejoren sus habilidades para alimentarse:

  • A los cuatro meses reacciona ante el pecho o el biberón, puede deglutir alimentos semilíquidos o pastosos, y puede empezar a comer con cuchara.
  • A los siete meses es capaz de masticar, echa la cabeza hacia atrás cuando no quiere un alimento, se lleva la cuchara a la boca y se interesa por los alimentos, diferenciando sus texturas.
  • A los diez meses es capaz de coger una galleta y comerla solo, puede beber de un vaso o taza; y por último, a los 12 meses, es capaz de comer con los dedos, se interesa por alimentos que comen los demás, diferencia el aspecto de las comidas y muestra sus preferencias.

Aparte de esta evolución, existe una importante maduración hepática, renal y gastrointestinal:

  • En los seis primeros meses, mejora su secreción gástrica y pancreática, aumenta la motilidad de su intestino delgado y desarrolla una mejor respuesta inmunológica.
  • De los seis a los 12 meses, continúa la maduración de su sistema digestivo. Esta es la mejor época para educar su sentido del gusto y conocer los sabores básicos.

La aparición de los dientes es clave para que el niño evolucione desde una dieta triturada en forma de purés, a una dieta de alimentos sólidos que podrá fácilmente masticar.

El ambiente en el que se realizan las comidas es sumamente importante, ya que influye en su alimentación. Lo mejor que haya tranquilidad, estímulos para al niño y paciencia si se niega a probar algún  alimento.

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